agua

Al igual que los humanos, los animales necesitan agua para sobrevivir. La mayoría de las especies silvestres absorben la cantidad suficiente de agua del alimento que consumen, como de las plantas suculentas; algunas también beben agua, especialmente aquellas especies que se encuentran en regiones áridas. El consumo de agua varía dependiendo la especie, el clima, la temperatura ambiental, la época del año, edad y sexo.

 

alimento

Uno de los objetivos más importantes en el manejo de fauna silvestre es la conservación y disponibilidad de áreas de alimentación, incrementando su cantidad y  calidad. La escasez de alimento es un factor limitante importante para muchas especies de fauna silvestre.

Todos los animales necesitan alimento para poder completar sus necesidades de energía para poder crecer, reproducirse, escapar de sus depredadores y sobrevivir las condiciones como fríos inviernos y largas migraciones. Cada especie selecciona su alimento de las variedades presentes en su medio ambiente. Cada especie es muy específica al seleccionar su alimento dependiendo los requerimientos y necesidades. La calidad del alimento, así como la cantidad con la que se presenta, es muy importante para la supervivencia de la especie. La calidad del alimento varía de acuerdo a la temporada, incluso al lugar. El alimento debe estar al alcance de los animales.

 

refugio

Las aves y los mamíferos necesitan cobertura o refugio para poder esconderse y para protegerse del mal tiempo. La vegetación densa es el tipo de cobertura más común, pero también puede incluir una pila de rocas, huecos en el suelo, entre troncos o cuerpos de agua. Esta cubierta es removida por el uso moderno de las tierras como la tala de árboles, pastoreo de animales o la minería de tajo abierto.

 

espacio

Los animales necesitan espacio para sobrevivir. La sobrepoblación conduce a la competencia intensa para la búsqueda de alimento y para lugares de reproducción, eventualmente conduce a la desnutrición y al rápido incremento de enfermedades y parásitos. Muchos animales son territoriales hasta cierto punto; es decir, ocuparán y se mantendrán en un lugar específico y alejarán de el a otros animales.  Esta territorialidad asegura su correcto espaciamiento y previene la sobrepoblación. Debido a la necesidad de alimento, un área determinada solo puede contener un número determinado de animales, no importa cuánta agua, alimento o cobertura ellos reciban.